¡Enamórate de tu magnifica naturaleza femenina y aprende a reclamar el poder que reside en lo más profundo de tu cuerpo!
En el mundo moderno de hoy, la mayoría de las mujeres hemos perdido la conexión con nuestro auténtico poder que reside en la profundidad de nuestra existencia femenina. El estrés diario que sufrimos, la entrega total, estando al servicio de los demás y el tenso entorno competitivo en el que vivimos nos obligan a adaptarnos a una forma rígida de pensar, de sentir y de actuar, dejando de lado nuestras necesidades.
En este ritmo frenético todas sabemos que nos perdemos el valor de estar en contacto con nuestra verdadera naturaleza: nuestra suavidad y ternura, nuestra sensualidad y gozo, nuestro poder creativo, nuestra autentica belleza.
Todas anhelamos vivir de manera más apasionada, más plena y feliz y todas sabemos que siguiendo a este ritmo, estamos en total desacuerdo con nuestra esencia femenina y que así, solo vamos perpetuando el sufrimiento y la pobreza.
Las consecuencias negativas de esta desconexión son obvias: las mujeres estamos cada vez más confundidas, sintiéndonos perdidas y vacías. Demasiadas sufrimos en silencio sintiéndonos divididas por dentro. Divididas entre la vida que intuitivamente sabemos que deberíamos vivir y la vida que realmente estamos experimentando. Sentimos que algo falta en nuestras vidas. Nos esforzamos constantemente tratando de llenar ese vacío con: cosas que no usamos, comida y bebidas poco saludables, demasiada fiesta, sexo frío, relaciones superficiales, trabajo poco satisfactorio, abusando al cuerpo con dietas extremas o con cirugías estéticas y, por desgracia demasiadas sustancias nocivas. Es así como reprimimos y agotamos nuestra valiosa energía vital femenina cuando desconocemos las formas creativas de canalizar la energía sexual.
Toda mujer sabe instintivamente de que hay algo más, de que dentro de su ser hay un volcán latente que espera ser despertado. Presentimos está parte dormida u olvidada de nosotras mismas que tanto anhelamos y tanto tememos. Y cuando despertamos, nos vemos perdidas en la confusión de un mundo escaso en modelos femeninos empoderados. Despertamos y no sabemos a que agarrarnos, a quien ni a donde mirar para inspirarnos. Pensamos que las únicas opciones que nos quedan son imitar el estilo de poder masculino, o acomodarnos con lo conocido, con el legado que nos dejaron las mujeres que nos precedieron. La mayoría desconocemos de que estamos creando camino nuevo, de que tenemos la gran oportunidad de trascender el legado feminista, acceder nuestra poderosa sabiduría intrínseca y liderar nuestras vidas sin tener que dejar de lado nuestras necesidades como mujeres ni castrar (divorciarnos de) nuestra feminidad.
Es increíble ver que, mujeres de todo el mundo, buscan lo mismo. Ya no queremos ser como los hombres; el movimiento feminista trató de dar libertad a las mujeres y lo hizo en el exterior. Pero lo que en realidad todas queremos ser reconocidas como seres poderosos, ser validadas en nuestra auténtica naturaleza femenina, en la belleza de nuestros corazones y como polos complementarios de lo masculino. Pero, para tener ese reconocimiento, primero debemos mirar adentro de nosotras mismas y convertirnos en mujeres que actúan de manera empoderada. Sabemos que ya no podemos pedirles a los hombres que nos den lo que primero debemos darnos a nosotras mismas: no podemos exihir que los hombres respeten nuestros derechos, que nos den libertades mientras que nosotras discriminamos tanto a hombres como a otras mujeres. Mientras actuamos aun como víctimas indefensas y mártires sumisas no podemos lograr la autonomía que tanto anhelamos. Las mujeres tenemos que hacerlo por nosotras mismas. Necesitamos reinventarnos y parir nuestra feminidad, reclamar nuestro poder y lo más importante, juntarnos y apoyarnos mutuamente. Ya no necesitamos competir entre nosotras; esto no es parte de nuestra autentica naturaleza de mujer.
"Las mujeres necesitan a los hombres, y los hombres necesitan a las mujeres. Para crear el mundo donde mujeres y hombres viven en comunión, las mujeres debemos descubrir y desplegar nuestra verdadera esencia, abrazar nuestras diferencias y ofrecer los dones de nuestra autentica feminidad. Para tener este equilibrio en el mundo, primero debemos tener equilibrio dentro de nosotras mismas y en nuestras relaciones intimas. Las mujeres necesitamos más que nunca vivir expresando más el resplandor de su lado femenino."
Es hora de despertar en nuestra poderosa sexualidad femenina, de abrazar nuestra esencia con toda la vulnerabilidad de nuestros corazones compasivos y abiertos; así es como inspiraremos a los hombres a amarnos y apreciarnos.
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